¿Quién
no se ha enamorado en algún momento de su vida de un espacio, de un lugar, de
un objeto, de un libro? Pues esto es lo que le pasó en su momento a la
escritora Helene Hanff, y nos lo cuenta en su novela epistolar “84, Charing
Cross Road”. Utilizando el libro casi como fetiche, nos cuenta la relación que
mantuvo durante más de veinte años con Marks & Co., una pequeña librería
situada en la calle londinense que da título a la obra, con la que mantuvo una
ávida correspondencia motivada, en origen, por su afán de solicitar libros de
ediciones inverosímiles y difíciles de encontrar. Con el tiempo la relación
comercial dio paso a una amistad con los trabajadores de la librería que hacían
lo imposible por saciar la sed de Helene por la literatura en papel en formato
de extrañas encuadernaciones.
“Dios bendito!, qué maravilla esas
"Vidas" de Walton! Es increíble que un libro publicado en 1840 se conserve en tan prefecto estado
más de un centenar de años
después. Son tan hermosas esas páginas aterciopeladas,
cortadas a mano” (p. 66).
“Si tiene que limpiar su Biblia
Grolier, le aconsejaríamos que empleara
jabón normal y agua. Ponga una cucharadita de carbonato sódico en medio litro de agua templada y emplee una esponja enjabonada. Creo que con esto retirará la
suciedad; después puede abrillantarlo con
un poco de lanolina” (p. 57).
Un
libro rápido, fugaz, intenso, en el que nos sentimos identificados todos los
que amamos el objeto del libro, en cualquiera de sus formas.
La
librería hoy está desaparecida pero en el 84 de la Charing Cross Road, aún hay
una placa que la recuerda.
Gracias
a Ana Peláez PhD, Boston College
Hanff, Helene
84, Charing Cross Road
Barcelona: Anagrama, 2012